miércoles, 23 de octubre de 2019

La venganza de la reina, leyendas de Kalamar II

 
y el romance fue un cuento.


¡Hola amigos!

Espero que la vida esté siendo más amigables con ustedes, porque conmigo anda por ahí no más, para no aburrirlos lo resumiré en una palabra "Migrañas" (y sumada a todo lo que como Chilenos sabemos que está ocurriendo). Yendo al grano, hoy les traigo, cortesía de la biblioteca: La venganza de la reina", de Alberto Rojas un querubín que hace tiempo quería leer pero, no había podido pillar y finalmente ¿cómo me fue? Pues, aquí vamos:

La pirata Tramey vuelve con su tripulación del Tormenta de Fuego, ahora involucrandose sin desearlo en los conflictos políticos que protagonizan las tierras de Kardab, al tener que buscar el tesoro de unos misteriosos cofres, sin saber lo que estos contienen, menos que no son los únicos en la búsqueda. Pero el verdadero dilema viene cuando lo que había empezado como un encargo con tintes personales se vuelve totalmente personal. Todo esto, con la ambiciosa sombra de la reina de Kardab detrás, que no va a dejar que el tesoro escape de sus manos.

Personalmente y tras tanto tiempo me gustó volver a embarcarme en el Tormenta de Fuego para saber más de los tierras de Kalomaar, ya que la misma trama da pie para ello, algo que el autor aprovechó muy bien centrándose en el reino de Kardab, y dando unos guiños de los otros reinos (Marin, Sundar, Berenia, por nombrar algunos) todo gracias a la ambición política de Tardish, la reina de Kardab y una antagonista que me dejó con una sonrisa y de la que les hablaré más abajo. 

De la trama si tuviera que ponerle nota del uno al diez, la dejo con un ocho; ya que llanamente su final, aunque me entretuvo lo sentí muy abrupto y algo predecible. En general toda la historia estuvo muy buena, el autor supo introducir nuevos personajes de forma natural...es más, por poco no se roban la película. Tuvo sus momentos solemnes como la llegada a Zanya-Kor, donde el solo ingreso por la puerta de Torkán sigue poniendome algo sobrecogedor; y ni hablemos de peligros o batallas que fue la tónica principal, si hasta tardish protegida en los muros de su palacio tuvo su cuota de adrenalina; pero, con todo lo bueno, con todo el crescendo que hubo hasta el clímax, no dejo de sentir que el final fue orquestado (en especial cierta actitud... despistada de Korlam) para que Tramey fuera quien tuviese el encuentro con Tardish. Sinceramente, antes de que a Korlam le viniese el delirio creía que Tramey estaría allí, pero no sola, habría encontrado más interesante un combate de tres bandos, cada uno viendo lo suyo y quizás a último minuto una alianza entre dos de ellos... pero bueno, pasó lo que pasó.  En contraste, el remate si me gustó y es que no puedo evitarlo, me fascina cuando me dejan esos finales donde es claro qué vendrá un siguiente libro.

Entrando de lleno a los personajes, tengo que desahogarme: inicialmente eché en falta a una de mis duplas favoritas, Kerak y Rafia, que vienen a asomar la nariz tras unas cien páginas, por otra parte me ha gustado cómo en esta historia el autor combina la introducción de nuevos personajes y mantiene a los antiguos en el aire; de estos últimos rescato a Tramey: Me encantó la mezcla de audacia y prudencia que muestra.
De los nuevos personajes, sin duda Alejok y Tardish se llevan mi total atención, el primero por su curiosa lealtad y la segunda por ser una antagonista de cuidado.
Ahora bien, de Korlam tengo un pero con su actuar al final del libro, y es que... ¡No me lo trago ni con coca cola! O sea... se presenta como alguien frío y dispuesto a pagar los precios necesarios para conseguir su fin y vale, entiendo que al final el factor sorpresa te puede descolocar pero, una cosa es eso y otra regalar todas sus cartas y rendirse sin más. ¿Dónde quedó el hombre dispuesto a todo por sus fines? ¡Se lo llevaron los aliens! ¡Juro que entendí a Zarebi en sus deseos de golpearlo! (Doy un hondo suspiro...) En fin, es por esto que sentí el final de la trama un poco forzado.

Dejando ese pastelazo de lado, el libro brilla con luces nuevas y pese a ser una secuela se puede leer de forma independiente, además de la esperada acción también muestra más del mundo de Kalomaar y sus misterios, como el cubo de tres colores o la torre Zerak; las que me dejaron bien intrigada.
Así que, sin más que decir les dejo esta recomendación para leerlo y vuelvo a mi rincón en busca del siguiente libro, que ojalá también me deje con una sonrisa.

¡Feliz lectura para todos!
S.K. Seibert



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