martes, 4 de noviembre de 2014

Funeral en Rieles




“El anónimo encubierto”


Como siempre dicen que hay que iniciar las cosas bien, parto esta primera opinión con un libro de un emergente escritor chileno, muy recomendable para mi gusto.
Entre todas las impresiones que me brindó Funeral en Rieles debo destacar y darle mérito al autor, por ser el primer libro entre muchos que he leído, que no menciona la identidad del protagonista. Ok, a simple vista esto sonará para muchos (incluyéndome) un error garrafal; y si bien es algo que desconcierta, el quid que lo convierte en un aporte y no en la falencia esperada es que, contra todo pronóstico esta ausencia de información no molesta, incluso, puede pasarse por alto con facilidad (soy el vivo ejemplo, lo admito). De esta jugada de Michael destaco el que no se mencione ni siquiera en los diálogos manteniendo la naturalidad del texto; así como las opciones que este giro nos puede provocar como lectores: por un lado, la posibilidad de sentirse uno en ese papel y por otro, el poder conocerlo por medio de su estilo de vida, gustos, intereses, metas (y no metas) convirtiendo “al nombre” en un accesorio prescindible.
Recién mencioné la empatía, esa conexión que hace al lector identificarse con los personajes, situaciones, lugares... y la misma abunda en las páginas de Funeral. La descripción de Ciudad Babel y sus áreas vecinas provoca que uno fácilmente pueda imaginarla con sus imperfectos personajes, que poseen tal realismo que uno bien podría esperar encontrarlos saliendo de la casa vecina, o cruzarse con ellos en el supermercado.
Admito que me cuesta encontrar cosas negativas en esta obra. Incluso las que puedo distinguir más que puntos negros, me parecen puntos grisáceos, como la mención de los maizales o la idea de un secreto pueblerino celosamente guardado; aspectos que podrían considerarse poco originales en la temática del terror y suspenso. Pero incluso aquí, estos elementos débiles son usados de tal forma que terminan enriqueciendo la lectura en vez de estorbar.
Y cómo olvidar la trama, factor importante en todo escrito que se precie. Aquí el señor Rivera nos muestra un inicio tranquilo, con tinte policial y quizás hasta flojo según como se mire. Pero, como en el carro de una montaña rusa el enigma se presenta y la tensión aparece cual virus que acompaña en el resto de la lectura, creciendo con cada capítulo y enfermando al lector con esa intriga de querer saber qué acontecerá, culminando con un final “de montaña rusa”: rápido, vertiginoso y abierto en algunos aspectos. Aquí entre nos, me dejó intrigada y pensando si la solución del conflicto fue para mejor... ¿o no?
Hablando de la alcachofa, debo dar crédito a la pequeña historia paralela que nos presentan, tanto por la manera en que lo hace (sin previo aviso y con un giro de narrador) como por el complemento que entrega a la trama principal; este es otro acierto en  originalidad.
Esperando no olvidar nada, cierro mi opinión agradeciendo a Michael Rivera Marín por escribir este libro, así como a la mano amiga que me lo recomendó (y entregó para leer) pues, gracias a ella he logrado tener un buen retorno al mundo de los libros.
Me despido, recomendando al 100% Funeral en Rieles y recordándoles que la única forma de saber cómo es un libro, es justamente así: leyéndolo. Sólo de ese modo se puede tener una propia opinión y decir a ciencia cierta si ha gustado o no.


Saludos a todos
S. K. Seibert.

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