“El anónimo
encubierto”
Como siempre
dicen que hay que iniciar las cosas bien, parto esta primera opinión con un
libro de un emergente escritor chileno, muy recomendable para mi gusto.
Entre todas
las impresiones que me brindó Funeral en Rieles debo destacar y darle mérito al
autor, por ser el primer libro entre muchos que he leído, que no menciona la
identidad del protagonista. Ok, a simple vista esto sonará para muchos
(incluyéndome) un error garrafal; y si bien es algo que desconcierta, el quid
que lo convierte en un aporte y no en la falencia esperada es que, contra todo
pronóstico esta ausencia de información no molesta, incluso, puede pasarse por
alto con facilidad (soy el vivo ejemplo, lo admito). De esta jugada de Michael
destaco el que no se mencione ni siquiera en los diálogos manteniendo la
naturalidad del texto; así como las opciones que este giro nos puede provocar
como lectores: por un lado, la posibilidad de sentirse uno en ese papel y por
otro, el poder conocerlo por medio de su estilo de vida, gustos, intereses,
metas (y no metas) convirtiendo “al nombre” en un accesorio prescindible.
Recién
mencioné la empatía, esa conexión que hace al lector identificarse con los
personajes, situaciones, lugares... y la misma abunda en las páginas de Funeral.
La descripción de Ciudad Babel y sus áreas vecinas provoca que uno fácilmente
pueda imaginarla con sus imperfectos personajes, que poseen tal realismo que
uno bien podría esperar encontrarlos saliendo de la casa vecina, o cruzarse con
ellos en el supermercado.
Admito que me
cuesta encontrar cosas negativas en esta obra. Incluso las que puedo distinguir
más que puntos negros, me parecen puntos grisáceos, como la mención de los
maizales o la idea de un secreto pueblerino celosamente guardado; aspectos que
podrían considerarse poco originales en la temática del terror y suspenso. Pero
incluso aquí, estos elementos débiles son usados de tal forma que terminan
enriqueciendo la lectura en vez de estorbar.
Y cómo olvidar
la trama, factor importante en todo escrito que se precie. Aquí el señor Rivera
nos muestra un inicio tranquilo, con tinte policial y quizás hasta flojo según
como se mire. Pero, como en el carro de una montaña rusa el enigma se presenta
y la tensión aparece cual virus que acompaña en el resto de la lectura,
creciendo con cada capítulo y enfermando al lector con esa intriga de querer
saber qué acontecerá, culminando con un final “de montaña rusa”: rápido,
vertiginoso y abierto en algunos aspectos. Aquí entre nos, me dejó intrigada y pensando
si la solución del conflicto fue para mejor... ¿o no?
Hablando de la
alcachofa, debo dar crédito a la pequeña historia paralela que nos presentan,
tanto por la manera en que lo hace (sin previo aviso y con un giro de narrador)
como por el complemento que entrega a la trama principal; este es otro acierto en originalidad.
Esperando no
olvidar nada, cierro mi opinión agradeciendo a Michael Rivera Marín por
escribir este libro, así como a la mano amiga que me lo recomendó (y entregó
para leer) pues, gracias a ella he logrado tener un buen retorno al mundo de
los libros.
Me despido,
recomendando al 100% Funeral en Rieles y recordándoles que la única forma de
saber cómo es un libro, es justamente así: leyéndolo. Sólo de ese modo se puede
tener una propia opinión y decir a ciencia cierta si ha gustado o no.
Saludos a
todos
S. K. Seibert.
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