miércoles, 14 de marzo de 2018

Mi vida es un desastre

Mi organización también


¡Hola!

    ¿Qué tal les va? A mí no tan bien ya que de nuevo atrasé estas subidas, pero al fin les traigo a este amigo, gracias a un regalo inesperado de una compañera de clases, de nuevo me las veo con libros que nacieron de la internet. Esta vez le toca a la chilena Lily del Pilar con su novela Mi vida es un desastre, y la editorial Planeta Chilena S.A.

    La historia nos presenta a Leah Howard, una joven estudiante que ha tenido la suerte de ser becada por su excelente rendimiento e ingresar al internado Highlands, un lugar exclusivo donde sólo los hijos de gente adinerada o importante estudian. Con compañeros opuestos a su estilo de vida y teniendo sólo una amiga, con una muy rara fobia que seguro a nadie se le ocurre y recibiendo una especial atención (o acoso, depende del momento) de dos de los chicos más populares, la situación de Leah es como mínimo algo estresante mientras que con humor la autora cuenta sus vivencias en el internado. Sin embargo, unas repentinas y constantes amenazas de muerte quitan todo el humor y pondrán mas tension a la vida de esta chica.

    Bien, para empezar confieso que al tener este libro no me hice grandes expectativas; suponía el estilo y no seria el primer libro "populito de fama rápida" que era más ruido que nuez... Y si bien no me equivoqué con lo del estilo, que me recordó un poco a un fanfic (seguro por sus orígenes en la net) reconozco que fue mas de lo que imaginé y me dejó con un buen gusto de boca.
Su ritmo es rápido, entretenido en general y pensado para un público juvenil, con un fuerte enganche y narrado desde la visión de la protagonista, algo que permitió conocer de primera fila todas sus ideas y emociones, lo que la autora supo aprovechar en general. La ambientación, diría que fue más justa que bien, vale que los personajes no estaban flotando en un espacio indefinido pero tampoco fue más allá de, por ejemplo, nombrar la altura del internado o que tenia paredes rojas de ladrillo en la entrada, lo suficiente para saber donde estaban parados; sentí que en ese aspecto la autora le dio más importancia a contar los hechos... ¿tal vez porque estaban narrados por una adolescente? Es una teoría que me se acaba de ocurrir.

    La trama a grandes rasgos es simple; tenemos la clásica historia estudiantil de amor/odio entre Leah y su enamorado James, por quien ella también se muere pero no lo reconoce ni a su propia sombra. Sin embargo, para compensar ese cliché se nos presenta con una muy buena dosis de humor y chascarros en el diario vivir de la protagonista, sumado al pequeño pero importante factor de las cartas anónimas que Leah empieza a recibir y que le dan un nuevo giro a la historia. No, la bendita duda de si James conseguirá que al menos Leah lo llame guapo se mantiene, todo lo que pueda mantenerse, pero ya no es el único tema que preocupa; y si bien por un rato entre tanto pastelazo, avances y retrocesos de James, como que uno olvida a la amenaza anónima, ésta vuelve recargada y la cosa se pone más tensa cuando la familia de Leah se involucra. Aquí pasa algo que quiero destacar, porque la vedad me encantó que la autora no cayera en el error que he visto en otros escritos actuales "juveniles" de apurarse en contar todo y no dar tiempo a las vivencias. Porque con todo el humor del que se hace gala, cuando pasaban cosas graves la protagonista las vivía, sufría y sentía como corresponde, las risas se iban al caño y yo sufría o me enfurecía junto a Leah también.

    Lo mejor del libro, para mí fue el climax con su final. Cuando ya estaba relajada y pensando que, dentro de, las cosas se habían arreglado ¡Vuelta de tortilla! no sólo me gustó el factor sorpresa, sino que también le dio más realismo al tema y en cierta forma, fue la pieza faltante que cubrió los huecos pendientes. No tengo ninguna queja al respecto y sí, quedé con las ganas de saber que vendrá en el siguiente libro.

   Con los personajes eché en falta un poco más de descripción física, la que dieron si bien fue suficiente para imaginarlos, reconozco que a veces olvidaba como eran, excepto por Leah, asumo que por ser la protagonista y quien contaba la historia. Mientras que con sus personalidades sólo tengo halagos, excepto con Leah, asumo que por... ya, ya, hablando en serio, Leah se presenta de frentón como una chica de carácter, más exagerada que alocada, algo pervertida y buenísima para enrollarse sola más de la cuenta. En fin, una figurita que la mayor parte del tiempo divierte con sus locuras y no lo voy a negar, empaticé bastante con sus problemas, peeroo, me lateó su poco cuando se iba en sus voladas exageradas y rolleras, vale que la mayoría fueron entretenidas, pero algunas me hicieron ruido al sentirlas muy incoherentes e incluso algo forzadas, por ejemplo lo del rapto del trípode, que me dejó más WTF que divertida (más risa me dio lo que vino después cuando James la pilló). Ok, entiendo que Leah es exagerada así que no puedo culparla mucho, pero siguen sin gustarme esos momentos.

   De los otros personajes tengo que decir que me gustaron y me hicieron creer el cuento. Con Bella reconozco que al inicio me pareció algo frívola para ser la amiga de Leah, pero después... ouch, después digamos que tienen sentido muchas cosas. Con el famoso James, adoré que pese a estar todo desde la visión de Leah, el mismo libro dejara ver que no era el monstruito que ella pintaba. Tampoco es una santa paloma, pero se nota que es un chico normal, millonario pero normal, con un verdadero interés por Leah y más inseguro de lo que se muestra. Como buen joven mete las patas a fondo más de una vez y también sabe cómo escaquearse del lío. Pero uno de los más reveladores para mí fue Derek, el cual al comienzo lo vi como el necesario amigo que debía tener James: alocado, desinteresado en las normas, un poco arrogante y medio hueco. Alguien que sólo estaba para ocupar espacio en la historia. Sin embargo, con el paso de las páginas me gustó la preocupación y lealtad hacia James que fue mostrando y al final terminó conmoviéndome con lo que hizo, no lo vi como una traición en absoluto, sino como algo que debía hacer porque sabía que era lo correcto. O sea, me tuve que comer mis palabras con mayo y kétchup. De la familia de Leah, destaco a la mamá quien agarró fuerza con lo de las amenazas para su hija, me gustó su afán por protegerla y bueno, fue evidente de dónde sacó tanto carácter Leah. Es uno de esos personajes que no aparecen mucho, pero pucha que se les aprovecha cuando están.

    ¿Recomendado? Por supuesto, hay diversión asegurada y es una lectura rápida pese a su cantidad de hojas, incluso los que no sean fans de leer podrían encontrar acá algo para practicar el hábito, entretenerse y quizás hasta sentirse identificados con los clásicos dilemas y chascarros estudiantiles que se muestran.
     Sin más vuelvo a mi rincón por un bloqueador y una buena bebida... Otoño, llega luego por favooor.
¡Feliz lectura para todos!
S.K. Seibert.
PD: Comentar en gratis y según oí también estimula las endorfinas, aquí y en cualquiera de las otras reseñas... yo sólo digo.

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