viernes, 10 de agosto de 2018

¿Podremos reírnos en el silencio del cosmos?

El fumado mar verde


¡Hola amigos!

     ¿Cómo están? Yo con un resfrío que no me quiere dejar, unos líos de internet que ya arreglé y una oferta de pega que me resultó. Más buenas que malas noticias. Y sumándose al club les traigo mi última lectura: “¿Podremos reírnos en el silencio del Cosmos?” del chileno Jorge Alberto Collao, con la editorial Puerto de Escape.

     El libro es un conjunto de cuentos, de ciencia ficción y de terror, en su mayoría muy bien trabajados y entretenidos, en eso la pluma de Collao sigue teniendo la vara en alto. Personalmente disfruté más los cortos, aunque “Círculo” fue uno largo que logró encariñarme... y enredarme también jajaja.

    Hablando de enredos y pese a todo lo que me gusta el pulcro estilo del autor, hubo un cuento al que destaco porque con toda su buena prosa y redacción, hasta ahora sigo sin saber qué era lo que quería contar. Sí, se llama “En el mar verde” y para que se hagan la idea acá les dejo una muestra del inicio... 

“La brisa se entretejía con la suavidad aterciopelada de aquel caoba iluminado, mientras las verdes esquirlas se agitaban y volaban como pequeños seres mágicos, cayendo finalmente entre sus hermanos (….) Desnudos sus pies de cerezo igual como lo había estado siempre y su cabello sin atar, refulgía como un fantasma en la luz blanquecina y quieta del amanecer. Finas gotas de rocío brillaban tal diamantes hilados en collares misteriosos entre los vertices de cada esquina virgen, mientras ojillos curiosos buscaban beber aquel frescor de la mañana.”
     Me explotó la cabeza. Sí, preguntando a mi gente lo mas destacado fue un bosquejo de árbol, pero después salen al baile temas de guerras humanas y más cosas donde... metafóricamente hablando, el árbol se va de vacaciones.
¿Seré muy estúpida para este cuento? ¿Soy yo, Señor?

    Destacando lo bueno, me gustó como el autor manejó el factor sorpresa con los cuentos de terror, así como el que se basó más en lo “cotidiano” que usando factores como mitológicos, o paranormales por ejemplo; lo que dicho sea de paso me hizo pensar en la brutalidad de los que nos llamamos humanos, tal es el caso de “Escena en una casa” “Horizonte” y “Hogar, dulce hogar” donde lo terrorífico es pensar que puedes tener al lado a alguien así. “Tyg” es otro que me sorprendió harto por el giro que tuvo al final, si bien fue más de ciencia ficción, tuvo su detalle espeluznante... y cercano a nuestros tiempos, para más miedo.

    En suma, es un libro ideal para quienes gusten de los géneros nombrados, o quieran divertirse leyendo algo breve -Sí, los flojos acá no tienen excusa jajajaja-. Fue muy grato leerlo y sólo lamento no haber tenido más tiempo para él; como anécdota, jamás imaginé que estaría es ascuas por saber el final de un cuento... de una hoja.

Sin más vuelvo a mi rincón por un limón para la garganta.
¡Feliz lectura para todos!
S.K. Seibert

PD: Después de leer me cuentan cómo les fue ¿eh? 

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