miércoles, 5 de septiembre de 2018

Duda

Una duda que encanta... ¿O no?


¡Hola!
     Aquí me tienen, feliz como unas pascuas tras una buena lectura, y es que esta vez vuelve a la carga una pluma conocida: Víctor Ilich, quien junto a Rocío Castelló, Rodrigo Gómez y Patricio Acevedo, nos presentan su libro llamado Duda.

     Es un conjunto de textos divididos en tres partes: “Indubitadas instrucciones”, “Relatos dudosos” y “Sin duda, reflexiones visuales”; cada una con su sello propio, teniendo en común su referencia al mundo jurídico del que sus autores son parte. La primera parte me dio un excelente rato con su humor y porqué no, me acordé de Cortázar con su instructivo para subir una escalera (no por nada la dedicatoria imagino); entre tantas reglas destaco a los que me sacaron más risas:“Instrucciones para ser injusto” por su sutil ironía al invitar educadamente a pasarte por la raja la ética y otros caminos rectos, e “Instrucciones para nacer” que cual manual de windows trata algo tan cotidiano y con lo que todos nos sentiremos identificados.

     En “Relatos dudosos” en cambio, la cosa fue más seria con historias decidoras sobre situaciones judiciales que me dejaron con un lío de cabeza. “De cosas extrañas y conocidas” junto a “La justicia, a ratos, tiene mal olor” fueron mis preferidas, sobretodo la primera en la que se muestra una encrucijada que a cualquiera podría pasarle, y me hizo pensar en lo fácil que resulta culpar a otros, no así cuando se está al otro lado de la vereda. Del otro relato, puedo decir que empaticé mucho con la voz narradora, en especial en los últimos momentos donde sale a colación otro conflicto que varios (incluyéndome) conocen: el deber versus tu propia consciencia.

    La última parte y aquí viene el pero, me pareció la más floja, algo fome y en ciertos textos, dudosamente confusa. Sería “Error fundamental de atribución” el único que rescato totalmente: corto, preciso y con una verdad del porte del Titanic, expresada de una forma que, simplemente adoré.

     En suma, es un libro corto muy aclarador pese al nombre, entretenido y recomendable para pasar un buen rato, bajo riesgo de hacerte caldo de cabeza en algunas partes, pero bueno, ¿que libro no da ese riesgo? y del que concluyo, sin ninguna duda, que jamás sería jueza de nada aunque me paguen millones, con el respeto de los autores, jajajaja
Sin más vuelvo a mi rincón, ansiosa de pillar otras sorpresas.
¡Feliz lectura para todos!
S.K. Seibert

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