Y en ese caso...
¿De quién seremos las hormigas?
¿Cómo están, amigos lectores?
Aquí me tienen, como siempre
saliendo de mi rincón sólo para hablar de libros.
Seré sincera:
cuando tuve en mis manos el ejemplar “Aunque
tal vez sólo seamos los dioses de las hormigas” del escritor chileno Jorge Alberto Collao, caí en la talla
de juzgarlo por la tapa (o el título). Pensé que sería un libro que no llamaría
mi atención: “suerte que es chico” me dije tras ubicarme en mi sillón favorito
y abrir sus hojas. Y ahora mientras escribo esto, repito: “mea culpa, más mea culpa
y recontra mea culpa”. ¿Qué puedo
decir? Los refranes no son por nada, y Jorge
me sorprendió de muchas formas.
Con una trama
bien curiosa, comenzó hablándome de frutas y chistosamente ni noté cuando me
cambió el menú y terminé leyendo de espaguetis. Esta novela nos muestra a tres
extraterrestres que realizan un viaje a través del espacio, del que no sabemos
su destino y cuyo fin parece ser el descubrimiento de algo... que ni los mismos
personajes saben al comienzo, mas sobre la marcha se van atando los cabos. Mantiene
un grato estilo reflexivo y maduro que avanza en la historia sin arrastrar
lagunas, aunque sí a veces me confundió con ciertos tecnicismos, así como en
otras sentí que exageró en sus ejemplos para transmitir la misma idea. Con
todo, me encantó el trasfondo del viaje así como su final, que con una vuelta
de tuerca me dejó plop y un buen sabor de boca. Tal vez con ojos analíticos
podría ser la conclusión más adoc,
pero fue el que menos esperé.
En su
narrativa hay dos cosas que llamaron mi atención: su enganche, que empieza muy
tranquilo y a lo largo de las páginas aumenta la potencia (sin llegar eso sí, a
ser de esos libros que parecen pegados con stick fic a mano), me gustó ese tira
y afloja donde te pones a hacer otras cosas, e igual sigues pensando en cómo
podría continuar la historia. Y lo otro interesante fue el narrador (3°
persona) que, a diferencia de otros libros de razas extraterrestres, es el
primero que leo donde se impone el límite de la visión humana, dejando en claro
que por eso hay ciertas cosas que “no se pueden explicar” (Por ejemplo, la
forma de comunicación entre los personajes o el concepto de tiempo que tienen).
Lo encontré muy novedoso y bueno para empatizar con la idea de estar leyendo
sobre “otras culturas”; mi única gran queja aquí (y gran porque me hizo
bastante ruido) es que, al parecer, en su afán de respetar esos límites Collao exageró con una poca descripción
de ambientes, así como el aspecto de sus criaturas. (Nunca supe cómo eran los Jurgans o los Rrrrraquis) Si bien hay ilustraciones que ayudan, en especial con
los más importantes, en mi caso con uno supuse a quién representaba sólo por
descarte, lo que no me parece algo muy válido.
Yendo de fondo al tema de los
personajes si bien extrañé más detalles, rescato el quid que no fueron unos
palos fomes y lograron gustar o molestar según el caso, ya que con guiños a lo
largo de la historia y de forma clara, el trío de razas muestra sus formas
únicas de ser. Como bonus personal los tres ganaron un lugarcito en mi corazón,
pero Srady fue mi favorito (pucha que
lo entendí)
A fin de cuentas puedo decir que felizmente me tragué mis
prejuicios, porque me gustó y altiro lo pongo en mi sector de recomendados; eso
sí al ser una historia de extraterrestres tan fiel a su estilo propio, me
atrevo a advertir que si no gustan ni les da curiosidad el tema, podrían no
verle la gracia al libro. Por otro lado no está dirigida a una edad específica,
el quid se encuentra solamente en los gustos literarios. ¿Quién sabe? Puede
pasarles como a mí y llevarse más de una sorpresa, así que los invito a leerla
y compartirme su opinión.
¡Felices lecturas para todos!
S. K. Seibert.
Probando.
ResponderBorrarEs que puse un comentario y no se grabó. No se porqué.
ResponderBorrarLo voy a tratar de escribir de nuevo porque lo que escribí no tienen nada de magia sino solo ciencia. Tiene que ver desde las especulaciones de Magueijo, Lem, la teoria de membranas, supercuerdas, dimensiones, redes neuronales, el principio de incertidumbre, neurociencia, sinestesia, singularidades psicologicas como el asperguer, teoria de la comunicación, etc., que estan escondidas o aparecen a la pasada en la narración que le cambian el carácter mismo si el lector se encuentra familiarizado con algunos de estos aspectos. Así para un sicólogo se aborda de manera distinta que para un físico o matemático, porque la novela huye totalmente de todo homocentrismo. Voy a poner eso nomas porque no aparece todo, no se porque.
ResponderBorrarYo escribo esta clase de novelas porque perspectiviso todo desde fuera de mi. Creo mas bien que la existencia de la humanidad y todo lo asociado a ella es una anomalía.
ResponderBorrarTambien esta el Silvo Gomero.....!
ResponderBorrar